miércoles, 31 de octubre de 2012

Historia: La mujer del pasillo.


Una noche de Halloween, por hacer algo de miedo, jugamos a la Ouija, cosa de la que siempre me arrepentiré. La noche era fría, en el ambiente se notaba un aroma extraño, no sé definirlo con palabras; unos amigos y yo buscamos una vieja Ouija que mi familia siempre ha tenido guardada... Era de mi bisabuela, la cual había muerto cuando yo aún no había nacido, y siempre había querido conocerla. Mis amigos hacían eso por diversión, yo por un fin, puesto que quería hablar con mi bisabuela.

La sesión comenzó, entre risas mis amigos bromeaban, yo estaba muy serio, concentrado, pero ellos no lo notaron, hasta que cayó un rayo que iluminó toda la habitación oscura, seguido de un trueno, que estremeció hasta el último de mis huesos. Asustados por el rayo, mis amigos, se quedaron en silencio, como yo, concentrándose, de repente, el puntero de la Ouija comenzó a moverse. Preguntamos alunísono, quién era, pero no respondió.

El puntero se movía sin cesar de un lado para otro, sin formar palabras. Al final paró, y lentamente, formó las siguientes palabras: "stoy yendo a por vosotros".

Era una mujer, que estaba en el pasillo y gritaba por entrar a mi habitación. El cerrojo estaba echado, no podía entrar, pero parecía que iba a tirar la puerta abajo.

La mujer gritaba desesperada, la puerta iba a caer, así que empujamos la cama para atrancarla. La mujer cada vez más desesperada, gritaba mi nombre. Yo tuve el impulso de abrir la puerta, pero me contuve, esos gritos eran desesperados.

Entonces me di cuenta: Era mi bisabuela; algo me lo decía, aunque no podía explicar cómo lo sabía.

Me lancé a abrir la puerta, quería verla, tenía que verla, pero mis amigos me agarraron. Los gritos cesaron, una de mis amigas, tuvo un ataque de nervios. Nos acercamos a consolarla, pero una voz grave y fuerte salió de ella diciendo que no nos acercáramos. Nos quedamos de piedra.

La mujer del pasillo comenzó a gritar de nuevo: "¡Os lo advertí, y no me hicisteis
caso, ahora moriréis!". Mi amiga comenzó a moverse de un lado a otro, diciendo que nos mataría. Intentamos abrir la puerta pero no pudimos. Los gritos volvieron a cesar, conseguimos abrir la puerta, yo salí primero, pero se cerró detrás de mí. Oí los gritos aterrorizados de mis amigos, histéricos, pidiendo socorro, dando patadas a la puerta para abrirla.

Escribo mi historia, cuarenta y cinco años después de que ocurriera, pues acabo de salir de la cárcel, culpado por el asesinato de mis amigos, los cuales encontré muertos cuando conseguí abrir la puerta de mi habitación.

(relato de terror de pàgina web.)

lunes, 29 de octubre de 2012

Historia: La muñeca de porcelana.


"¡Mamá, quiero esa muñeca!" Dijo la pequeña Isabel totalmente nerviosa por tener una nueva muñeca. "Volveremos mañana para comprártela, ¿vale? pero recuérdamelo, Isabel" le contestó su madre en la misma tienda de antigüedades.

Isabel tenía sólo siete años y medio, pero ella podía tener todo lo que le gustaba gracias a su mirada de pena que les ponía a sus padres. Esa misma noche, la pequeña tuvo dificultades para dormirse ya que sólo pensaba en su futura nueva muñeca. Incluso si tenía un brazo menos, era la muñeca de porcelana más bonita que había visto nunca. Ella tenía muchas, pero esa iba a ser la más bonita de su colección.

A la mañana siguiente, Isabel desayunó viendo sus dibujos favoritos, como cada mañana. Había soñado tanto con su muñeca que tenía sueño, estaba cansada y ya no quería esa muñeca. Ya no le gustaba. Así que pasó el día enjugazada con otras cosas y no le recordó a su madre que tenían que ir a por la muñeca, porque ya no la deseaba.

Llegó la noche e Isabel fue a acostarse al piso de arriba. Ella tenía miedo de estar arriba sola, así que su madre subía con ella y se ponía en la habitación de al lado a coser. Una media hora más tarde de haberse acostado, una voz aguda despertó a la niña susurrándole al oído: "Subo 1, 2, 3 escalones..." La pequeña Isabel gritó asustada llamando a su madre: "Mamá, hay alguien en la escalera que hace ruido" Su madre la tranquilizó diciendo que no había nada en absoluto. En cuanto la madre abandonó la habitación, Isabel volvió a oír ese susurro que le dijo "Subo 4, 5, 6 escalones..." De nuevo Isabel llamó a su madre. Su madre le volvió a contestar que se tranquilizara, que sería el ruido del frigorífico.

Pero la pequeña voz continuó subiendo las escaleras: "Subo 7, 8, 9, 10 escalones y ya estoy en el pasillo", repitió la pequeña voz con una risa sarcástica.

A la mañana siguiente, la madre de Isabel se sorprendió de despertarse antes de ella. Pero pensó en las dificultades que había tenido para dormirse y pensó que estaría cansada. Pero transcurrida una hora le pareció raro que aún no se hubiera despertado, por lo que subió a ver cómo estaba su hija. La madre gritó con terror viendo a su hija ahogada en su propia sangre y apuñalada más de 17 veces, con el brazo arrancado y viendo a esa pequeña y adorable muñeca de la tienda de antigüedades con el brazo de su hija como sustituto del suyo.

Se acerca la noche de Halloween.


¡Buenas :)!

Hace ya un tiempo que no escribo nada pero se acabó.

Como ya sabeis se acerca la noche de Halloween de '12 y con ella sus tradicionales celebraciones, fiestas y costumbres. Durante esta semana publicaré algunas cosas relacionadas con este tema. Disfrutadlas.

martes, 19 de abril de 2011

Historia: El hotel de Mississipi.

   Hace 200 o 300 años en una mansión cerca del río Mississippi, vivía una familia muy adinerada descendientes de un fundador de la región.
   Un día la señora de la casa, invitó a unas amigas a merendar en su preciosa casa. Una de las criadas, quiso escuchar lo que decian y puso la oreja en la pared de la habitación donde se encontraban las señoras.
   El señor de la casa la vió y la cogió con rábia y desprecio por el brazo hasta llegar a la cocina. Llamó a tres criados más y entre ellos inmobilizaron a la pobre mujer. El señor cogió un cuchillo y lenta y dolorosamente le cortó la oreja. Sus palabras fueron: " Eso solo te lo hago para que aprendas a ser menos cotilla, si lo vuelves a hacer ya sabes lo que te haré"...
La mujer aún sangrando se encerró en el sótano y se puso a llorar desconsoladamente. Muy enfadada y dolida, quiso hacer venganza.
   Compró unas setas venenosas en el mercado y las colocó dentro de una tarta que luego sus amos comieron. La señora y una de sus dos hijas murieron en el acto. El señor y la otra pequeña, como no comieron demasiado no se envenenaron. Al cabo de unos días el señor con la ayuda de siete sirvientes cogieron a la "asesina" (a la criada) la ataron con unas cuerdas y la colgaron del árbol más grande del jardín.
   Años después la casa se convirtió en un hotel y muchas personas que se hospedaron allí aseguran haver visto a una niña pequeña sentada en un sofá llorando desconsoladamente. Otros afirman haberse sentado en el banco de debajo del árbol donde colgaron a la criada y ver a una mujer de color que les empuja y les hace caer del banco con una fuerza y un odio increíbles.
Muchos empleados del hotel también han notado presencias "fantasmales" en muchas de las salas del hotel y hasta un técnico paranormal que se hospedó en una de las habitaciones hizo unas fotografías del tejado de la casa donde se pueden ver una niña y una mujer sentadas allí y con la mirada perdida.

   El hotel está abierto y todo el que quiera lo puede visitar.
¿Os atrevéis a pasar una noche allí?


viernes, 17 de diciembre de 2010

Pesadilla en Elm Street

Espero que os guste, os recomiendo ver la película, esta muy bien!

Historia: La noche de HALLOWEEN.

   Parecía una noche normal de halloween, normal como todas,después de disfrazarnos, salimos a pedir caramelos y golosinas por el pueblos, pedimos dulces por aquí y por allá. Cuando pasavamos por una casa le pedíamos dulces a todas las personas que estaban esa noche.
Cuando vimos al frente y llego una pequeña brisa , entonces fuimos a una parte que decía casa privada de los Dylan, nos dio curiosidad, ya que era una casa muy grande, y entramos a pedir mas golosinas... Todo estaba oscureciendo en eso que se empezaron a oír voces que venían de un cuarto de la mansión, nos dio un poco de miedo pero nos animamos a entrar. Mientras más nos acercábamos mas se oía un llanto y otra voz que decía: -AYUDA!!! AUXILIO!!! PORFAVOR!!!
   Al oírlo nos asustamos y salimos corriendo directo hacia la puerta pero en eso que la puerta se cerró dejándonos dentro de aquel lugar. Todo estaba oscuro pero por suerte encontramos una pequeña cuevecita donde protejernos, había muchas telarañas, y nos dimos cuenta de que en todas las paredes de la cueva, por todas partes, había grabado consecutivamente el número 123 y nos extraño un poco. Caminamos y caminamos, parecía que esa cueva no tenia fin, hasta que chocamos contra algo, mi hermana empezó a gritar y yo le pregunté que qué le pasaba, ella no respondió, parecía que no estaba con nosotros. En ese mismo instante sentí un escalofrio, no le dí la mayor importancia, pero al poco rato algo me mato del susto ya que volví a ver a mi hermana toda llena de sangre caminando hacia mi, yo alcance a oír que mientras caminaba decía 123 sal de la puerta del ropero que aquí tengo tus 3 deseos... Mi primo y yo nos asustamos mucho, tratamos de salir hacia afuera como pudimos, desde entonces ya no volví a ver a mi hermana pero siempre al pasar por su cuarto se llega a oir su canto 123...



(...esta historia , en parte, esta escrita por mi, pero no significa que me haya pasado...![por suerte])